jueves, 26 de julio de 2012

Volvemos de la excursión



Frente a nosotros estaba a punto de desencadenarse una tormenta. Antes que nos diéramos cuenta el cielo se cubrió de nubes. Los truenos se oían cada vez mas cerca , el viento empezaba a soplar con fuerza.

Rápidamente bajamos hacia un pequeño refugio de pastores que habíamos visto en la subida. Bajábamos con cuidado por miedo a resbalar, pero con ligereza puesto que ya caían las primeras gotas. Y como temíamos se puso a llover y llegamos empapados al pequeño refugio de piedra.

Nos miramos unos a otros...y nos echamos a reír de la pinta que llevábamos. Entre la cara de susto, los pelos por la cara, la ropa medio mojada...jajaja. Dábamos lástima.


El pequeño refugio tenia el techo medio destrozado, así que utilicé la capa impermeable que llevo siempre encima y mejoramos nuestro refugio. Fuera no paraba de llover, llovía tanto que la senda por donde habíamos caminado parecía un pequeño riachuelo. Así que no nos quemaba otra que esperar.

Aprovechamos ese tiempo para comer y beber, secarnos un poco y calcular que tiempo nos quedaba hasta nuestra casa. Temíamos que se nos hiciera de noche antes de que acabara la tormenta.

Por suerte al poco de acabar de comer paro de llover. Incluso las nubes se apartaron y vimos como el sol empezaba a caer. Sin perder tiempo nos pusimos en marcha.


El camino de vuelta se hizo mas liviano de lo que pensábamos. El ambiente estaba mas fresco, el bosque olía diferente tras la lluvia, no parábamos de oír pájaros, incluso vimos un corzo, algo que pocas veces sucede.

Llegamos a la “civilización” casi de noche. Y aunque no veíamos perfectamente el camino, encendí la pequeña luz que llevo conmigo, no tanto para ver...sino para ser visto.

En casa por fin, con ganas de darnos una buena ducha, cenar y comentar la aventura con los niños.


jueves, 19 de julio de 2012

Nos vamos de excursión



 
Después de unos días en la playa, haciendo construcciones en la arena, jugando con las olas y merendando bajo la sombrilla...decidimos hacer algo diferente. Recordaba haberle leído a mis hijos el cuento de Alex y pancho se van de excursión. Les gustó tanto la historia que decidimos irnos de excursión nosotros también.

Nuestro objetivo seria la torre vigía, que nos llevaba observando todo el verano sobre una pequeña colina. Para llegar hasta allí debíamos salir del pueblo por el camino del molino y tras cruzar el arroyo mediano atravesaríamos el bosque de alcornoques hasta llegar a la torre.


La noche anterior dejamos todo lo necesario preparado. Ropa ligera, gorra, sombrero o pañuelo, buen calzado y ganas de caminar. Por la mañana llenamos las cantimploras con agua fresca y la mochila de fruta y cogimos un par de bocadillos para cada uno. Yo prepara aparte un pequeño botiquín, una linternita y una capa impermeable. Lo llevo siempre.


Empezamos a caminar con buen animo. Rápidamente salimos del pueblo y en menos de una hora ya estábamos bajo la sombra de la higuera del molino. Allí comimos ligero. Es sorprendente como abre el apetito caminar tan temprano.

 
Continuamos la marcha y cruzamos el bosque de alcornoques. Notamos enseguida la humedad del lugar y nos maravillamos con los increíbles troncos pelados. Los niños no se creía que de ahí salía el corcho. Salimos del bosque y empezamos el pequeño ascenso a la torre.

El camino se complicaba, y debíamos de esforzarnos para dar el siguiente paso. No recuerdo haber sudado tanto... pero veía a los niños tan emocionados que valía la pena el esfuerzo. Antes de lo esperado estábamos arriba. No nos podíamos imaginar todo lo que podíamos ver desde ahí... veíamos incluso nuestra casa de veraneo. 



Nos pusimos a comer un poco cuando … booooooooommmmmmm!!! escuchamos un enorme estruendo....


                                                                                         Continuará ...

jueves, 12 de julio de 2012

Secretos de vacaciones



Un lugar donde solemos pasar muchos días de nuestras vacaciones es el campo. La vida es mas tranquila, tenemos tiempo, podemos observar con mas detenimiento, prestar atención a otras cuestiones. No es extraño que durante este periodo descubramos cosas nuevas o nuevas maneras de hacer las cosas.

Si esto nos sucede a los adultos... imaginemos a los niños. Nuevos espacios, diferentes maneras de divertirse, nuevos amigos, nuevas opiniones...etc. Toda esta nueva información es asimilada por nuestros niños de manera sorprendente. No hay dia que no vengan con algo nuevo: un juego, una historia, miles de preguntas...

Nosotros, conscientes o no, les ayudamos a reordenar toda esa información. Les damos pautas, corregimos sus errores y potenciamos uno u otro aspecto. Toda esta extraordinaria y emocionante labor de padres, mentores, compañeros... podemos mejorarla de manera muy sencilla.

Hablando con nuestros hijos de manera mas activa. Ya no solo prestarles atención a cualquier cosa que nos vengan a contar, sino hacerles un par de preguntas sobre lo que están contando. De este modo propiciaremos que intenten reflexionar y ordenar su conocimiento.

A través de un sencillo paseo propiciar la curiosidad por el entorno. Incitarle a que descubra una planta, un pájaro..., que cuente los pasos hasta un punto, que busque objetos de un color concreto...etc

Si los niños son mayores, proponerles que hagan un pequeño diario donde reflejen sus impresiones. Ya sea por escrito o a través de imágenes. En formato físico o en cualquier plataforma on-line.
 
Creemos que apenas sin darnos cuenta se le puede sacar mucho provecho a todas las cosas que suceden durante los largos días de verano, porque las cosas que aprendes en verano nunca se olvidan.