jueves, 14 de febrero de 2013

Leer, razonar y al final ... resolver



En todo proceso de aprendizaje no solo acumulamos una serie de conocimientos, sino que  nos dotamos de diferentes estrategias para poder aprovecharlos al máximo. Esta aseveración tan evidente, no lo es tanto, en situaciones que requieren poner a prueba lo aprendido.

Cuando nos iniciamos en la lectura, pasamos de diferenciar una serie de signos, a conocer sus combinaciones, para terminar comprendiendo significados. Para todo este proceso, hemos ido combinando los conocimientos que hemos adquirido, con las estrategias que hemos aprendido y de esta forma sacarles el máximo provecho.

En el aprendizaje matemático esto es mas evidente. No nos sirve conocer los números y saber operar con ellos, sino que es fundamental comprender qué es lo que debemos resolver y qué necesitamos para conseguirlo.

En nuestras colecciones de cuadernos de matemáticas, nos empeñamos en utilizar estrategias diversas, para conseguir el máximo partido a los conocimiento que hemos aprendido.




Todos los años recibimos correos y llamadas de personas advirtiéndonos de que este problema no pude solucionarse con las operaciones básicas que indica este cuaderno.

Lo cierto es que se puede. Con una estrategia tan sencilla, solamente se necesita pensar un poco... y acabarás sonriendo. 

lunes, 4 de febrero de 2013

Continuamos fomentando el hábito lector


Hace unas semanas planteábamos  una serie de estrategias encaminadas a fomentar la lectura en el ámbito familiar y doméstico, intentando favorecer el contexto adecuado para conseguir que los libros formen parte del entretenimiento diario. Ahora busquemos posibilidades fuera de casa.

Demos un paseo.

Dediquemos tiempo e interés a los libros que nos encontremos a nuestro paso: el escaparate de una librería; un pila de libros en un gran almacén; una caseta en una pequeña feria; un mercadillo; la biblioteca de nuestro barrio o municipio...
 
 
Entremos en la librería y conozcamos al librero y preguntémosle qué libro nos aconseja; recorramos la sección infantil de  una gran superficie; visitemos ferias del libro, que son fiestas de los libros; descubramos las joyas perdidas de los mercadillos. Llevemos a nuestros niños a las bibliotecas para que descubran dónde se guarda el tesoro.

Pero sobre todo que nos vean leer, disfrutar de la lectura, compartir con ellos las emociones que vivimos y las cosas que aprendemos. Transmitirles que los libros son objetos valiosos que te ayudan a “desfacer entuertos”.