En los primeros cursos de
primaria, la ortografía supone una enorme dificultad.
En pleno proceso de
aprendizaje lecto-escritor, cuando ya parece que le van cogiendo el “
truquillo”, la “m” con la “a” “ma”… resulta que la “z” con la “a” es “za”, pero
para escribir el sonido “ce” tenemos que usar la “c” “de media luna”, como le
llamamos, creo que inconscientemente para endulzar la primera incongruencia con
la que se encuentran y que vendrá seguida muy de cerca de la caprichosa
ortografía de los sonidos ga, go, gu, gue, gui, güe, güi o ca, que, qui, co,
cu. Estos casos están englobados dentro de lo que se llama “ortografía natural” y no sé porque se usa este nombre
ya que de natural no tiene nada, más bien todo lo contrario.
En líneas generales, ni la ortografía natural ni el
resto de reglas con las que
tienen que enfrentarse inmediatamente los niños, tienen nada de lógico (delante de “p” y “b” se escribe “m” y
no “n”, aunque en rosa la “r” tenga sonido fuerte se escribe una sola “r”…). La
ortografía es así porque sí, no tiene una explicación coherente para los
mayores, cuanto menos para los pequeños.
A lo dicho, tenemos que
unir una realidad patente desde hace tiempo en nuestras aulas, y es que el umbral de atención de los niños
está cambiando.
Cada vez supone más
esfuerzo concentrar su atención. Esto es debido a que están sometidos a
estímulos audiovisuales muy intensos: dibujos animados con una velocidad de
imágenes rapidísima, pizarras digitales, juegos de ordenador, tablets,
videoconsolas…y algunos aparatos o “maquinitas” más a los que tienen acceso
cada vez a edades más tempranas. Todo esto supone una “competencia desleal”
frente a los estímulos que les podemos proporcionar a la hora de enseñarles
ortografía. Una letra fija en un papel o en la pizarra difícilmente les hará
mella.
Ante esto, podemos permanecer impasibles, quejarnos o hacer algo. Las TIC han
llegado y se han convertido en aliados, pero por suerte muchas personas
intentan que su uso no sea generalizado en la educación de los niños. Así que,
por qué no echar mano de un recurso presente en la vida del niño tanto fuera
como dentro del aula, adecuado a su edad y cuyo resultado como vehículo de
aprendizaje está demostrado: EL CUENTO.
Gracias a brujas, magos,
ogros, gnomos, dragones… y las situaciones que con ellos se crean, las reglas
ortográficas tienen una explicación lógica, coherente y entendible. Por
experiencia sabemos que los conocimientos que se entienden se recordarán y
se aplicarán sin problemas, aquellos que no, correrán peor suerte.
Aquí tenéis unos ejemplos de cuentos para mejorar las reglas ortograficas. Pertenecen a la colección CUENTOS PARA APRENDER ORTOGRAFÍA que podéis adquirir desde nuestra web.
¿Por qué escribimos ca co cu con 'c' y que qui con 'q' de queso?
¿Por qué al comienzo de palabra se escribe una sola 'r' y no 'rr', aunque suene fuerte?
¿Por que todas las palabras que empiezan por hue- e hie- se escriben con 'h'?