Desde Dylar leemos con sorpresa la últimas noticias sobre
el nivel educativo de nuestros niños. Sobre todo en lo relativo a los
conocimientos ortográficos. Y nos asombró que algunos artículos, haciéndose
eco de los alumnos, hablaran de la ortografía como “el diablo “. ¿Diablo?....¡
Si para nosotros es un ángel!
La ortografía recorre la palabras de nuestros textos,
dándoles el matiz preciso que ayude a comunicar nuestro mensaje. La ortografía
viste a las palabras de la manera adecuada para cada ocasión. Nos ayuda a
comprender con efectividad la
infinidad de textos que nos rodean. Y evita que no cometamos errores...
¡menudo diablo!
Sabemos, porque fuimos alumnos y seguimos estudiando, que
la ortografía necesita cariño. No podemos descuidarla, dejarla a un lado o
abandonarla. Porque cuando la necesitemos no llegará tan rápido como esperamos.
Pero con un poco de esfuerzo podemos encontrarla, escondida entre los libros
del estante o los textos que escribimos.
Nada mejor que leer y escribir para invocar al
“ángel” de la ortografía, porque con las palabras nos pasa como con las
personas. Si no las tratamos a menudo, corremos el riesgo de acabar
olvidándolas. Y son tantos los buenos momentos que perdemos y tantas las cosas
que se quedan por decir...
Pero un “ángel” nos ayuda... si le encontramos.
Pero un “ángel” nos ayuda... si le encontramos.