Saber leer no es solo poder descifrar un
conjunto de letras y conseguir pronunciarlas correctamente. Si no somos capaces
de comprender lo que hemos leído, habremos viajado a través de un hermoso
paisaje con los ojos y oídos tapados.
Comprender nos posibilita recrear
mentalmente los significados del texto que hemos leído, relacionando la
información que nos ofrece el texto, con la información que ya poseemos.
Nuestra experiencia nos dice que no todas
la personas comprendemos un texto de manera homogénea. Pero esto no significa
que todas la interpretaciones sean válidas para la compresión y la
comunicación. Las podremos considerar como válidas cuando seamos capaces de
deducirlas a partir de la información que hemos leído. Cuando reconozcamos una
misma idea formulada de diferente modo. Cuando seamos capaces de identificar
palabras y frases claves y, cuando podamos sustituir las palabras del autor por
palabras propias sin alterar el significado. Y sobre todo cuando seamos capaces
de interpretar palabras desconocidas a través del contexto del texto.


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