jueves, 14 de febrero de 2013

Leer, razonar y al final ... resolver



En todo proceso de aprendizaje no solo acumulamos una serie de conocimientos, sino que  nos dotamos de diferentes estrategias para poder aprovecharlos al máximo. Esta aseveración tan evidente, no lo es tanto, en situaciones que requieren poner a prueba lo aprendido.

Cuando nos iniciamos en la lectura, pasamos de diferenciar una serie de signos, a conocer sus combinaciones, para terminar comprendiendo significados. Para todo este proceso, hemos ido combinando los conocimientos que hemos adquirido, con las estrategias que hemos aprendido y de esta forma sacarles el máximo provecho.

En el aprendizaje matemático esto es mas evidente. No nos sirve conocer los números y saber operar con ellos, sino que es fundamental comprender qué es lo que debemos resolver y qué necesitamos para conseguirlo.

En nuestras colecciones de cuadernos de matemáticas, nos empeñamos en utilizar estrategias diversas, para conseguir el máximo partido a los conocimiento que hemos aprendido.




Todos los años recibimos correos y llamadas de personas advirtiéndonos de que este problema no pude solucionarse con las operaciones básicas que indica este cuaderno.

Lo cierto es que se puede. Con una estrategia tan sencilla, solamente se necesita pensar un poco... y acabarás sonriendo.