Hace unas semanas
planteábamos una serie de estrategias
encaminadas a fomentar la lectura en el ámbito familiar y doméstico, intentando
favorecer el contexto adecuado para conseguir que los libros formen parte del
entretenimiento diario. Ahora busquemos posibilidades fuera de casa.
Demos un paseo.
Dediquemos
tiempo e interés a los libros que nos encontremos a nuestro paso: el escaparate
de una librería; un pila de libros en un gran almacén; una caseta en una
pequeña feria; un mercadillo; la biblioteca de nuestro barrio o municipio...
Entremos en la
librería y conozcamos al librero y preguntémosle qué libro nos aconseja;
recorramos la sección infantil de una
gran superficie; visitemos ferias del libro, que son fiestas de los libros;
descubramos las joyas perdidas de los mercadillos. Llevemos a nuestros niños a
las bibliotecas para que descubran dónde se guarda el tesoro.
Pero sobre todo
que nos vean leer, disfrutar de la lectura, compartir con ellos las emociones
que vivimos y las cosas que aprendemos. Transmitirles que los libros son
objetos valiosos que te ayudan a “desfacer entuertos”.
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