Esta carta va dirigida a todos aquellos que se atrevan a leer las
aventuras de Carlitos y descubrir su secreto.
¡Hola
amigos!
¿Habéis
descubierto ya las aventuras de Carlitos y Claus? ¿Sabéis qué problema tiene y
cómo lo soluciona?
Bueno,
antes de leerlo te daré algunas pistas…
¿Te has encontrado alguna vez ante una tarea imposible de realizar? Carlitos sí. Cada día, en clase de matemáticas o de lengua, Carlitos se enfrentaba a tareas que no era capaz de hacer por mucho empeño que pusiese. Y, claro, a base de no conseguirlo una y otra vez, llegó a pensar que no podría hacerlo nunca.
Pero
se equivocaba. Gracias a un amigo muy especial, su perrito Claus, y, por qué
no, con ayuda de un poco de magia, averigua que es capaz de eso y de mucho más.
A través de misterios y aventuras, va descubriendo que tiene mucho dentro de él
que no había descubierto hasta ahora.
Poco
a poco ve que no todo el mundo tiene que ser bueno en lo mismo, que cada uno
tiene un valor diferente y debe sentirse orgulloso y enseñarlo al mundo. Cuando
uno siente su valor es capaz de conseguir cualquier cosa, es más valiente, más
intrépido ante cualquier aventura que se presente, ya sea enfrentarse a perros
malvados, a un dilema de matemáticas o a levantar la mano en clase.
Pero
Carlitos descubre otra cosa esencial durante su aventura con Claus. Cada uno
tiene que descubrir su valor, pero nos necesitamos unos a otros para poder
encontrarlo y sacarlo de nosotros mismos. A veces nuestro valor está algo
escondido y con ayuda de los demás podemos sacarlo a la luz. Claus ayuda a
Carlitos y él está dispuesto a ayudar a cualquier niño que encuentre apagado,
sin su luz.
Y
así, si cada niño ayuda al que tiene al lado, todos los niños del mundo
encontrarán su valor, se convertirán en personas valiosas y se enfrentarán a
multitud de aventuras y enigmas que deberán resolver con su gran valentía.
Si
eres niño y descubres la historia de Carlitos, debes seguir sus pasos. Debes
encontrar tu valor, aquello que tienes dentro de ti, que eres capaz de hacer
muy bien. Esto puede ser desde un problema de matemáticas, a una carrera, una
manualidad o un bizcocho.
Todo
el mundo es bueno en algo y es diferente a los demás. Si fuésemos todos
iguales, el mundo sería muy aburrido, ¿no? No pretendas tener las virtudes de
los demás. Busca las tuyas y enséñalas al mundo como hizo Carlitos en su
aventura.
¡Ah,
y recuerda! Debes estar atento a todos los niños que tengas a tu alrededor. Si
encuentras a alguno triste o apagado, ayúdalo a encontrar aquello que se le da
bien y descubrirás que, de pronto, gracias a ti, comenzará a brillar.
Bueno,
hasta aquí puedo contarte. Ahora, si quieres descubrir más sobre Carlitos
tendrás que leer su historia.
Esto
es un secreto para los niños, pero también podéis compartirlo con los adultos
incluso ayudar a alguno a encontrar su valor…
¡Un
fuerte abrazo!
¡Vamos, Carlitos está deseando compartir contigo
sus aventuras!
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