Hoy os remitimos un mail que nos ha hecho llegar la madre en
una niña que aprendió a leer y a escribir, al mismo tiempo que aprendía a
montar en bicicleta.
“...Mi pequeña aprendió a montar en bicicleta estas vacaciones.
Para ser fieles a la realidad conseguimos quitarle los “ruedines” y aunque al
límite del equilibrio, se desplaza con plena autonomía...”
Hasta aquí todo normal. Lo reseñable es el método que
utilizamos para conseguirlo. Durante estas vacaciones le dieron a la nena no
pocas actividades a realizar. Sobre todo ejercicios de comprensión lectora y
caligrafía. Se ve que necesitaba un refuerzo.
Como le encanta jugar, ¡que raro!, y sobre todo con la
“bici”, le poníamos como condición
hacer antes las tareas. Al principio hubo malas caras, pero duraron el primer
día. Al final de la semana pudo con
todo. Acabó yendo sin “ruedines” y
realizó todas las tareas.
El día que tocó volver al cole, mientras preparábamos la
mochila, me dijo la nena. ¿Sabes, mami? Aprender a leer y escribir es como
montar en bici.
Me reí como con todas sus ocurrencias... pero más tarde me
di cuenta lo verdadero de esta afirmación.
Leer y escribir es como montar en bicicleta.
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